Y el tercer ángel los siguió, diciendo en gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en la frente o en la mano, él también beberá del vino del furor de Dios que ha sido vertido puro en la copa de su ira, y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y delante del Cordero. El humo del tormento de ellos sube para siempre jamás. Y no tienen descanso ni de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni cualquiera que recibe la marca de su nombre.

Apocalipsis 14:9-11

Inscríbete al Libro de la Vida

La vida de Jesús en un álbum de imágenes de 1960

Consulta la Biblia Digital

Descárgate un apasionante presentación sobre la creación

Mensaje del 21 de Octubre de 2009

"Lo que siento y "escucho" me deja a veces muy preocupado, porque se describe lo que estamos viviendo con lo que se aproxima. Y parece que lo que ya estamos viendo, confirma lo que se viene. Y esto me deja triste y al mismo tiempo con el deseo de que se resuelva rápido para vivirnos en paz.
"Escucho" que estás procediendo muy bien en la publicación de la primera resurrección, ya que es un anuncio que sin duda advertirá de las consciencias del chip y cumpliremos con lo que a cada uno de nosotros se nos fue recomendado.

También que es urgente que se hable de esto pues ya existe el movimiento de colocarse el chip en las manos o en la frente, contándose las personas a millares. Y sobre esto se "escucha" que no existe paliativo de especie alguna. Creyente o no; bautizado o no; religioso o no, de la raza, cultura, lengua, posición social que fuere, si se ha puesto el chip de forma libre y espontánea por propia voluntad, es considerado culpable y reo del juicio del que se habla en el Apocalipsis. Porque no se hace ninguna distinción puesto que la colocación del chip es la identificación pura y simple con Satanás, crean o no crean. Acepten o no.

Lo que la Humanidad está viviendo es el final de un ciclo evolutivo de orden espiritual y planetario. De orden de la Creación y de los espíritus en razón al Padre, quien es Luz.
Ha de entenderse, por fin, que se trata del final de una etapa evolutiva y que este final importa todo el pasado en término de lo que la Humanidad practicó en razón al Padre y el futuro también en razón al Padre porque quiere, desea transformar espíritus y Creación en el sentido del crecimiento, del aumento de Luz, de Consciencia para que toda la Creación forme una unidad con el Padre.

Explanase que el Verbo, muy bien explicado por el apóstol Juan en la introducción del Evangelio, es la Creación, (no importa cómo se haya producido), el acto de crear por la palabra y es esta palabra pronunciada por el Padre que crea, manifiesta la Creación. Y éste es el Hijo, quien es el autor de toda la Creación; quien la pone en el tiempo y en el espacio, conforme a lo que es en su Padre, pues en Él está, reside, mora la plenitud del Ser. Satanás se enfrentó al Padre cuando el momento de la Creación por el Verbo, Su Hijo, por una cuestión de supremacía y fue de este enfrentamiento que nacieron las trabas, la falta de la Luz. Toda la existencia como tal, desde toda la Creación, siempre se ha enfrentado con este conflicto entre la supremacía del Padre por el Hijo con la soberbia de Satanás. Estos tiempos que a la Humanidad como un todo le toca vivir, son los Tiempos Finales para la conclusión de este conflicto por determinación del Padre a Quien, el Verbo manifiesta. Entonces se siguen los avisos para que todos entiendan, sepan y asuman sus responsabilidades frente al Padre, a la Luz mediante el Verbo.

A tí se te dicen estas palabras, pues a tí se te conoce como quien las entiende y por eso se te solicita, las expliques y las puedes transmitir para que todos al leerlas las comprendan.
Habrá quienes acepten y quienes no. Siempre en todo momento crucial existieron estas dos posibilidades.
La convocación de la Humanidad por la acción, vida del Verbo, se dirige en la dirección de la elección de parte de cada espíritu y esta elección se debe hacer en el sentido del Padre: aceptar o no su Luz y todos saben que la Luz del Padre es el Amor Incondicional por el Ser, creado y manifiesto por el Verbo, su Hijo. Los incrédulos o como les dicen los ateos, quienes no creen en Dios sea porque no existe según ellos o sea porque lo fundamentan en una iglesia o religión o sea porque nunca lo vieron, jamás tomaron un tacita de café con Él, estos deben saber que no se trata de creer.

Nosotros no queremos que crean en Nos. Queremos que nos Sientan tal como ustedes sienten el sentimiento del amor por otra persona; tal como ustedes sienten el llamado sexual; tal como ustedes sienten una pintura, una música, la vibración de un paisaje. No precisan creer para aceptar o admitir que esto es real o posible de la misma forma no precisan creer en Dios, sólo siéntanlo. Siéntanlo en sus células; en su corazón; en sus deseos de amar, de admirarse y de admirar; de contemplar aquello que sienten que los cautiva e impresiona. El sentimiento es quien les dice en qué mundo ustedes están; cómo están; dónde están; para dónde van y quienes son ustedes. Si ustedes se sienten a ustedes mismos de verdad, ustedes sienten a Dios porque ése su sentimiento expresa, manifiesta desde dentro de ustedes lo que el Verbo manifiesta en la Creación. Y si el Verbo manifiesta todos y cada uno de esos sentimientos les está diciendo a ustedes que cada uno siente a Dios, porque así es Dios. Lo más vacío e inocuo es una iglesia o religión. Ahora, si ustedes dentro de ustedes sienten el sentimiento que los anima, los alegra, los proyecta, ustedes están sintiendo a Dios porque sólo Dios puede tener estos sentimientos. No importa como Dios pueda ser. Aquí se trata de una realidad emocional, de admiración por los sentimientos que hace con que ustedes sean más ustedes mismos, crezcan, vayan al encuentro de ustedes y al encuentro de cada uno, así como Dios a través de su Hijo, el Verbo, hace con toda la Creación y la Creación con Él.

A la Humanidad le falta que le muestren que es amada. Siempre que sientan el sentimiento de: amor, admiración, belleza que les encanta por otra persona o ser creado, díganlo. Siempre. A ustedes todos, “el Verbo que les ama".

Sube al Cielo